Día 1:
El
buque Wiedergeburt partió a las cero seiscientas horas del día
diecisiete de diciembre del dos mil veintinueve en dirección al círculo polar
ártico. Eramos trescientas personas, pero el grupo científico estaba compuesta
de tan solo seis individuos: Akame Li, Johan Schmidt, Roberto Sanhueza, Fynn
Stokeworth, Akira Katzuko y Maarko Mäkinen, su servidor. El día pasó sin
mayores novedades, la carga se estaba comportando tal y como lo había predicho
en los estudios anteriores realizados en el centro biológico Wiedergeburt junto
a mis colegas Li y Steve Porter, quien cayó en desgracia hace ya un par de
meses.
A las once y media de la noche, nosotros, el grupo de
Wiedergeburt, realizamos la primera minuta; acordamos que era imperativo exigir
que las temperaturas de las cámaras criogénicas se descendieran aun más.
Día 2:
Akame se acercó a mi laboratorio. Lucía
exaltada. Le pregunté qué le sucedía y me contó que el capitán Adelfried
Moeller no accedió a nuestras demandas. Alegando que sería una sobrecarga
innecesaria al sistema central de la nave. Le dije a Akame que yo hablaría más
tarde con él, la rodee con mis brazos y, por esta vez, se dejó abrazar por un
par de segundos.
Más tarde ese mismo día, intenté
localizar al capitán, pero su personal me lo imposibilitó, alegando que estaba
demasiado ocupado.
El comportamiento de la carga, almacenada en las
cámaras criogénicas, no presentó alteraciones. Excepto por el sujeto I-190, que
presentó durante las horas más cálidas del día un alza en la actividad
bacteriológica. Decidí aplicarle una muestra tamaño B de la síntesis SIT39 y,
en un par de horas, dicho comportamiento anómalo mermó completamente.
Día 10:
Akame simplemente ya no me habla tras lo
sucedido dos días atrás. Johan me mira de manera extraña y todos, incluso los
miembros del personal de limpieza y del personal de cocina me evitan. Mas no
importa; me ayuda a concentrarme en mi investigación. Me pareció ver que uno de
los sujetos se movió, lo cual es imposible. Debo hablar con el capitán, ¡debe
bajar las temperaturas!
Día 12:
Hoy, a las cero trescientas horas
aproximadamente, se coló alguien a mi habitación y se introdujo dentro de mi
cama. Era Akame. El sexo estuvo fantástico; muy eficiente para reducir el
estrés.
Tres horas después que hubo finalizado
la hora de colación me acerque a las instalaciones del casino, vi a Akame
sentada, casi terminaba con su porción. Ella y yo somos los únicos que
almorzamos a destiempo con tal de no interrumpir nuestra investigación. Le
guiñé un ojo y le dije que la esperaba donde nos reunimos siempre que ella
quisiera. Fingió una muestra de contrariedad y seguí mi camino.
La investigación siguió su curso
esperado.
Día 15:
Akame entró nuevamente a mi habitación
durante la noche, no pude ver qué hora era. Le dije que la estaba esperando con
impaciencia. Ella no dijo nada; me besó.
Durante la tarde le pedí a uno de los
ayudantes del capitán que me dejara hablar con él. Me dijo que no creía que
fuera posible. Le pedí que le dijera que por favor reconsiderara bajar las
temperaturas.
Apliqué una síntesis SIT39 a todos los
individuos en estudio.
Día 20:
Tras días abusando de la SIT39 noté que ésta
se acabó.
Durante la hora de almuerzo me senté con
Akame y puse mi mano sobre la de ella, quien la retiró de inmediato. Le
pregunté si quería que siguiéramos ocultando lo nuestro y se levantó de su
asiento y se fue.
Volví a mi laboratorio, rompí un set de
frascos de vidrio por accidente. Accidente.
Akame no me ha vuelto a visitar.
Día 30:
Han sido días muy miserables. Siento que no
puedo dormir durante las noches, esperando que vuelva Akame. Las viejas
necesidades primarias están volviendo a mí; hacen que me sienta como un primate
enjaulado.
El sujeto I-190 registró un nivel
peligroso de actividad bacteriológica. A falta de síntesis SIT39, apliqué una
dosis de SKT39. El resultado no fue el esperado, lo que me recuerda que debo
hablar con el jodido capitán.
Maldita Akame, la odio.
Día 34:
No sé donde estamos. Creo que el personal se
está reduciendo aun sabiendo que eso es imposible. No he visto a Johan ni a
Roberto en días. Vomité antes de ir a acostarme, noté la presencia de sangre en
el emesis.
Día 35:
Hoy no he visto a nadie. No me he
acercado al laboratorio, me dedico a ir de laboratorio en laboratorio buscando
a alguien con vida. Alguien a quien no tenga que investigar. No tengo
resultados.
Akame te
extraño.
Día 37:
¡Que se
jodan todos! ¡Todos sin excepción! ¡Maldita seas, Akame! ¡Maldito capitán, lo
arruinaste todo!
El sujeto
I-190 está presentando un comportamiento anómalo. Debo chequear su histori
Día 41:
Sangre
en el vómito. Mis jodidas manos tiemblan. El sujeto I-145 está comenzando a
responder.
Día 42:
Johan está muerto. Muerto. M-U-E-R-T-O.
Día 44:
No voy laboratorio. No hace días.
Día 50:
La temperatura. Manos tiemblan. Sujeto I-190
me habló. Salió su cápsula. Corrí. Corrí y encerré, habitación. Todo perdido.
Capitán nos extinguiste. Ellos… ellos hablan ahora. PIENSAN.